Instalación de Pérgolas en Zaragoza
Pérgolas
¿Quieres aprovechar tu terraza o jardín todo el año? Las pérgolas son la solución ideal para crear sombra, ganar confort y proteger tus espacios exteriores frente al sol, la lluvia o el viento. Instalamos pérgolas bioclimáticas y de lona tensada, adaptadas a tu estilo y necesidades. Diseños elegantes, materiales resistentes y opción de domótica para un control total. Convierte tu espacio exterior en un lugar funcional, moderno y preparado para cualquier estación.
Tipos de pérgolas
Pérgolas bioclimáticas con lamas orientables para confort todo el año
Las pérgolas bioclimáticas permiten regular la luz, la ventilación y la temperatura de forma natural gracias a sus lamas orientables de aluminio. Son perfectas para quienes quieren aprovechar al máximo su terraza o jardín, sin renunciar al diseño ni al confort en ninguna estación del año.
El modelo P-190 ofrece un diseño elegante y resistente, ideal para climas variables. Si necesitas cubrir grandes superficies sin pilares intermedios, la P-230 proporciona hasta 39 m² de espacio diáfano con acabados minimalistas. Para instalaciones más rápidas, la P-150 reduce tiempos de montaje gracias a sus perfiles clipables y eje retráctil.
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Modelos de pérgolas bioclimaticas

Pérgola bioclimática P-150

Pérgola bioclimática P-190

Pérgola bioclimática P-230

Pérgolas de lona tensada: sombra elegante en espacios exteriores
Las pérgolas de lona tensada están diseñadas para ofrecer una protección solar eficaz con un estilo moderno y funcional. Su estructura modular de aluminio permite adaptarlas a todo tipo de jardines, terrazas o espacios comerciales que necesitan cubrir grandes superficies sin perder ligereza visual.
El modelo Fúlvia destaca por su diseño recto, dinámico y elegante, capaz de integrarse con armonía en cualquier entorno. La lona tensada permanece firme y en tensión constante, garantizando una excelente resistencia y una estética impecable incluso en días ventosos.
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Modelos de pérgolas de lona tensada

Pérgola de lona tensada Fúlvia
Preguntas frecuentes sobre la instalación de pérgolas
Una pérgola bioclimática cuenta con lamas orientables de aluminio que se abren o cierran según las condiciones climáticas. Permite regular la luz solar, la ventilación y proteger frente a la lluvia, convirtiendo cualquier terraza o jardín en un espacio habitable todo el año.
La principal ventaja es el control. Puedes orientar las lamas según el sol o cerrarlas por completo si llueve. A diferencia de una pérgola fija o con lona, la bioclimática se adapta en tiempo real al clima, ofrece mayor durabilidad y se puede automatizar.
Modelos como la P-190 combinan diseño y resistencia; la P-230 destaca por su gran cobertura (hasta 39 m²); y la P-150 es ideal para instalaciones rápidas gracias a su sistema de montaje sin tornillería.
La pérgola bioclimática tiene lamas orientables y estructura más robusta. La de lona tensada, como el modelo Fúlvia, ofrece un diseño más ligero y cubre grandes superficies con un sistema de lona en tensión, ideal para sombra fija con estética moderna.
Sí, tanto las bioclimáticas como las de lona pueden integrarse con motores para controlar lamas o lona desde mando a distancia o app. También se pueden añadir sensores de lluvia, viento o sol para automatizar su funcionamiento.
Las pérgolas pueden lacarse en cualquier color RAL, con acabados mate, brillo o texturizados. También existen lonas técnicas en múltiples colores y tejidos (acrílico, microperforado, PVC), adaptadas al uso y entorno donde se instalan.
Sí, se pueden añadir cerramientos laterales como cortinas de cristal, estores verticales, lamas fijas o paneles correderos. Así se gana privacidad y se mejora el aislamiento térmico y acústico, creando un ambiente más recogido y protegido.
Las bioclimáticas como la P-190 o P-230 tienen una alta resistencia a cargas de lluvia, nieve y viento (hasta 120 km/h, según modelo). La lona tensada mantiene la tensión gracias a su estructura, siendo segura frente a viento moderado.
Sí. Al orientar las lamas, se puede bloquear la radiación solar directa sin perder ventilación, reduciendo la temperatura bajo la pérgola y en el interior de la vivienda. Algunas lamas están diseñadas incluso para reflejar el calor.
Por supuesto. Se pueden incorporar tiras LED en estructura o lamas, así como sistemas de calefacción por infrarrojos para disfrutar del espacio también en invierno. Todo puede conectarse a domótica o control remoto.
En viviendas unifamiliares suele bastar con una comunicación previa o licencia menor. En comunidades de vecinos, si se fija a fachada o afecta la estética, es recomendable acordarlo con la comunidad. Consulta siempre con tu ayuntamiento.
Depende del modelo y la preparación del terreno. Una pérgola de lona puede instalarse en 1 día, mientras que una bioclimática puede tardar entre 1 y 3 días según si lleva motorización, cerramientos o accesorios.
Se pueden instalar en jardines, terrazas, patios, áticos o porches. Existen modelos adosados a pared o autoportantes, lo que permite gran flexibilidad según el espacio disponible.
El mantenimiento es mínimo: limpieza con agua y jabón neutro, revisión de tornillería y mecanismos motorizados una vez al año. Es importante mantener limpias las canaletas de drenaje si las hubiera.
La garantía depende del fabricante y el modelo, pero suele oscilar entre 2 y 5 años. Abarca estructura, acabados y componentes motorizados si los hubiera. Consulta siempre las condiciones concretas antes de instalar.
Sí, aunque no es lo habitual. Algunas pérgolas modulares permiten su desmontaje y reinstalación si no van fijadas permanentemente. Aun así, conviene planificarlo bien para evitar daños o costes adicionales.
Sí, pero se debe evaluar la estructura del edificio. En terrazas elevadas se usan pérgolas autoportantes bien ancladas y con refuerzos si hay exposición al viento. Es importante revisar normativa de la comunidad.
Sin duda. Mejora la funcionalidad del espacio exterior, incrementa el confort y añade valor estético a la vivienda. También puede ayudar a reducir el consumo energético si protege zonas expuestas al sol.
Las pérgolas bioclimáticas evacúan el agua por canaletas integradas. En modelos de lona, la inclinación y la tensión de la tela evitan acumulaciones. Es clave que estén bien instaladas para garantizar su eficacia.
Una pérgola de calidad puede durar entre 15 y 25 años si se mantiene correctamente. La clave está en una buena instalación, materiales duraderos como el aluminio lacado, y una limpieza periódica básica.